31 de diciembre de 2013

Feliz doloroso 2014.

Cada vez que miro atrás y veo el tiempo que ya paso y el tiempo que aun me queda, veo todo lo que en su día deje atrás y todo lo nuevo por lo que lucho sin miedos, sin embargo hay mucho más, muchas cosas que no puedo contaros, cosas que aterran mis nocturnos sueños y cosas que estremecen hasta el más incognito pelo de mi cuerpo, terrores que nadie de ustedes pudieran comprender, no siento miedo por ellos, sin embargo me regocijo sobre sus sombras saboreo sus asquerosas escamas y refresco mi garganta con su putrefacta sangre.

Hoy me he dado cuenta que siempre existe alguien o algo que impide que avancemos en la vida, algo tan poderoso y grande que nos es imposible rodearlo o saltarlo o simplemente dejarlo atrás.

Pero hoy no les escribo por mis penas, que son muchas, les escribo por el día que nos aguarda, un día en el que nos escondemos en nuestras familias frente a la tele, sin que nadie la escuche o la preste el más mínimo caso hasta las 23:59, hora en la que todos se callan y atolondrados contamos por enésima vez el número de uvas en nuestro plato.

Creemos que el mundo es tan perfecto y tan defectuoso como nosotros mismos, nos engañamos, escondemos nuestros ascos al que se sienta a nuestro lado, le felicitamos el año y no le volvemos a ver en meses.

Después derrochamos litros de alcohol por nuestros impetuosos  gaznates, y brindamos por los caídos y familiares, sin embargo, no muy lejos miles de personas buscan en la arena un pequeño hueso al que roerle la podrida carne que se sujeta a duras penas.

Tras estos nos vamos con nuestros amigos y allegados a seguir despilfarrando alcohol y a bailar como estúpidos, horas y horas, creyéndonos que somos Jhon Travolta en la película Grease. Y somos simples paletos moviendo torpemente nuestro enclenque cuerpo.

Muchos dirán que estas son las fechas de la paz y de la bondad, pero permitirles que les habrá los ojos, cada uno de nosotros tiene su propia historia por la que recuerda esta fecha, como buena o como mala. No es el fin de un mal trecho y el principio de una buena época, no simplemente es esa época en la que nos paso aquello.

Quiero decir a todos aquellos que me conocen que siento mucho no disfrutar como ellos estas fechas, porque para mí son fechas de dolor, de sufrimiento, de angustia, de miedo. Sin embargo ingenuos elevar vuestras copas de champan, sidra o cava y brindar por que este día acaba 2013 y entramos en otro año aun peor.

Feliz doloroso 2014.



By: Jesús M. Leva

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