En la luz que proporciona la luna a una noche sombría, un gato negro con su familia, maullaban pidiendo comida, arrinconados en una esquina. El gato negro a las crías defendía y la gata embarazada se escondía.
No por falta de bondad, de dinero o alimento, sino por falta de piedad por animales enfermos, seguí mi camino, borracho y risueño, cantando canciones de odio y desprecio.
Con las botas de sangre, dejo un reguero, que me sirva de mañana para ver donde vuelvo.
Con las campanadas mi desenfreno, comienzan las arcadas con sabor a añejo.
Recuerdo, de nuevo, la cara por la que bebo y pego otro trago de aquel veneno.
No fuera el sol a salir mi desvelo, ya habría para entonces muerto.
Y sin piedad ninguna por animales enfermos, hoy me despido de todos los que me quisieron.
No es porque hoy muera, sino porque hace ya tiempo que estoy muerto.
By: Jesús M. Leva
muy hombre leva
ResponderEliminarTenías razón tengo que mejorar en eso, me ha gustado
ResponderEliminar