26 de marzo de 2012

Arrepentido de mis actos pasados

Se encendió la luz, llevaba horas a oscuras, ambos desnudos yacíamos en la cama, habían pasado horas desde el último gemido.

La luz me cegó y como un vampiro me escondí de ella, la mujer, sin embargo, la aprovecho para vestirse. Busco sus braguitas, pero ninguno de los dos las encontraba, miré tras la cama y allí las vi.

Camisetas, pantalones y sujetador, se encontraban todos al pie de la cama. Pero tanto sus braguitas, como mis calzones, se encontraban tras ella, en el suelo al lado de la pared.

Se empezó a vestir y yo también.

La he cagado muchas veces con las mujeres, pero aquel día, antes de todo eso, cometí el peor de mis errores. No lo digo por el sexo y sus derivados, en eso no fui del todo malo, fue en los preliminares, mientras Inrack aún controlaba mi cuerpo. Inrack es un ser interno que ama el dolor de los demás, que disfruta con el sufrimiento de los demás, porque él no puede sufrir, solo sufre el deshonor de haber sido expulsado del infierno obligado a vivir en espíritu sin cuerpo eternamente, por el mundo de los vivos.

Así que, aun sabiendo que aquella pequeña acción podría provocar dolor a la persona que amaba, aun así mi cuerpo hizo lo que hizo. Pedí perdón, pero sé que eso no sería suficiente la hice el peor de los daños, el que no se puede ver, y casi nadie reconocería, el dolor psicológico.


By: Jesús M. Leva

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