16 de enero de 2012

Suicídio

Aveces en la vida, la improvisación es la única posibilidad de que algo salga bien.

Por mucho que te canses de oirlo, no te dejaré de decir que te amo desde el primer día y hasta que la muerte me lleve contigo.

Un día nuevo, igual que los demás, me levanto de la cama, solo, despierto sin saber donde estoy, salgo de la habitación, no hay nadie en la casa, estoy solo como siempre. Oigo voces que me llaman, a lo lejos pero cerca de mí, risas y mucho ruido. Miro por todas las habitaciones, pero sigo estando solo.

Me agobian, el retumbar de los secunderos de los relojes. Si muriera hoy mismo, nadie se enteraría. Me encuentro solo en esta gran ciudad llena de gente. Quiero a personas que solo quieren ser amigas mías.

¿Un día nuevo?, la verdad es que cada vez que lo pienso me rio más. ¿Nuevo? Por favor si es identico que el de ayer, no he dormido nada, llevo una hora levantado y ya no me tengo en pie. Bebo, quizas para que el día acabe antes, quizas para no pensar que nadie está a mi lado.

Enciendo el ordenador. Más de 100 amigos en Tuenti, ja!! Pero si no conozco a la mitad y la otra mitad no nos hablamos, cada vez me doy cuenta de que mi negro futuro está proximo a llegar. Apretar o no apretar el gatillo, ¡he ahí la cuestión de mi vida! Esperar a que algún día alguien me quiera, o directamente acabo de una vez con esta tortura.

Un dolor en mi pecho me hace empezar a llorar. Con un cubata en una mano y la pistola en la otra. Al lado del teléfono, esperando a que alguien reviente mi intento. En el televisor me reflejo, me veo y pienso. "Pos quién va a querer a un capullo tan feo". Pego un trago del vaso, apollo la frente sobre el arma, los dedos temblando, sujentan con fuerza el arma, el dedo gordo me pesa demasiado, aprieto el puño y <<PUM!!>> explota mi cerebro y la sangre despedida ensucia todo el cuarto.

By: Jesús M. Leva

No hay comentarios:

Publicar un comentario