7 de marzo de 2012

Carta de amor

Hoy he vuelto a sonreír, cuando he escuchado tu voz, hacía ya tiempo que pensaba que no volverías a quererme, y no sé si me quieres pero al menos has vuelto a hablarme.

He cometido muchos errores en mi vida, y tu eres el único error del que no me arrepiento, ni ahora ni nunca, no me oirás decir, “ojala no te hubiera conocido nunca”, porque aunque me hallas hecho sufrir, no podría alegrarme más de haber conocido a cualquier persona. Aunque me hayas hecho daño, aunque me haya dolido tu ser, se que más me hubiera dolido, no haberte conocido nunca.

Al menos sé que puedo ser querido, algo que nunca llegué a pensar, alguien alguna vez me quiso, es algo que me hace de vez en cuando volver a sonreír, volver a vivir.

Te echo de menos, eso es real, pero aunque no pueda volverte a tener, aunque no pueda volverte a abrazar, aunque no vuelvas a besarme, al menos alguna vez pude probar tus labios, saborear tu saliva, y entrelazar mi lengua con la tuya en un desesperado intento de mostrarte que te quiero.

Sé que no volveré a verte como antes te veía y que tú a mí tampoco, pero al menos me queda el recuerdo de tus pechos desnudos entre mis manos, de nuestros cuerpos abrazados.

Me gustas, y eso solo lo sabemos tú y yo, quiero que eso siga así, no por miedo a que la gente lo sepa, sino por no volverte hacer daño. Soy fuego del infierno, quemo todo lo que toco, daño a las personas que intento salvar, y ardo por dentro con tú dolor. Te quiero y no quiero gritarlo, porque si alguien se entera, tendrán miedo, no de mí, sino de lo que tengo dentro. Miedo al ser que me controla, miedo a ser yo el que te quiera, miedo a que tú, también, me quieras a mí.

Te amo, pero eso solo lo sé yo, porque no quiero asustarte, porque soy puro fuego por dentro. Te deseo y eso lo sabe todo el mundo, pero nadie quiere creerlo, porque soy pura llama y pura lava, porque quemo, porque cuando soy una fiera me convierto en un demonio, no me importa el amor cuando de sexo es de lo que hablamos.

Solo me alegro de volverte a oír de nuevo, aunque sea la última vez que hablemos, solo puedo decir, que te quiero.

By: Jesús M. Leva

No hay comentarios:

Publicar un comentario