3 de septiembre de 2014

Quehaceres

Levante mi casada vista de mis quehaceres, y lo vi todo muy oscuro, aún así sabia que él estaba allí, tras de mí. Esperando el momento clave para matarme, para terminar con mi vida, antes de que pudiera alertar a alguien de su existencia.

Pero yo estaba preparado, sabía que me buscaría para matarme, sabía que no me permitiría el más mínimo segundo de duda. Si no lo tenía claro, si no supiera que hacer llegado el momento, él me mataría sin siquiera dejarme abrir la boca.

Pero no tenía la necesidad de abrir la boca, sabía que él ya estaría muerto antes de poder alzar la mano, antes de poder agarrar mi cabellera, y antes de cercenarme la garganta.

Lo sabía porque la última vez que le vi, ya le había matado.

Por eso alce la cabeza de mis quehaceres, y me mantuve a expensas, sabiendo que en cualquier instante él se desplomaría tras de mí.

De pronto sonó el retumbar del cuerpo muerto sobre el frío suelo, con un ligero sonido sordo. Y su cuerpo inerte con los ojos negros descomunalmente abiertos, me miraban fijamente brillando en la tenue oscuridad.

Y yo impasible, seguí con mis quehaceres, tranquilo y sonriente, pues yo ya no temía por mi vida, y su angustia de que alguien descubriera que existía moría con él, en el sucio suelo del apartamento.



By: Jesús M. Leva

25 de junio de 2014

Parálisis del sueño

A las 11:30 el despertador ya había dejado de sonar, y aún seguía en la cama luchando contra aquel sufrimiento atroz.

Despierto y soñando al mismo tiempo, sumido en una locura, inmóvil, con una voz inaudible.

Mis ojos abiertos como platos son lo único que puedo mover, el resto de mi cuerpo obviaba las órdenes que le daba mi cerebro.

No conseguía distinguir lo que veían mis ojos de lo que incluía mi cerebro en dichas imágenes, era como soñar despierto, dentro de una pesadilla de la que no puedes despertar, pero tampoco puedes huir.

A sí que mi cuerpo intentaba, sin éxito, salir de aquel trance. Mi corazón comenzó a acelerarse y comencé a hiperventilar.

Los gritos ahogados de socorro, no llegaban jamás a oídos de nadie, y la hiperventilación comenzaba ya a marearme.

Justo cuando mi corazón estaba a punto de pararse, mi cuerpo reaccionó de golpe. Pero las visiones seguían en mi mente ya como meros recuerdos.


By: Jesús M. Leva

16 de marzo de 2014

Angustia de un escritor

La luz atenuada de la vela fundida sobre el escritorio, tintineaba sobre la hoja en blanco y la pluma mojada en tinta negra, como los ojos del escritor.
Su mente, también ennegrecida por los años, funcionaba a una velocidad dolorosa. Pensaba en mil cosas a la vez, y cientos de problemas. Pero su diestra mano no sabía correr la tinta sobre el folio envejecido.

La carta que debe escribir no quiere escribirla. Eran pocas sus riquezas y muchas personas entre las que dividirlas. 

El cuarto en el que vivía decadentemente, no era más que una cueva sin valor. El dinero que escaseaba en un mínimo cajón de un banco endeudado. El vehículo destartalado que a veces funcionaba, le permitía llegar al pueblo a duras penas. Lo único que le quedaba para dejar a aquellas personas que abandonaba son, su sabiduría, sus lágrimas y sus pobres alegrías.

Empezó a escribir  su carta con mano temblorosa, anunciando su nombre:

-Yo Inrack Mc Gonajal, dejo a mis allegados un simple consejo. Andar vuestro propio camino, luchar por vuestras propias creencias, y nunca dejéis que nadie os robe vuestro orgullo.

Y decidió terminar así con su angustia destructora.
Sus finos ojos se marchitaron y sus dulces lágrimas afloraron sobre la carta.
Se levanto de la silla, apagó la vela, y salió de la casa.

La lluvia empapo en segundo su muerto pelaje y las vestiduras que llevaba puestas, cogió un fuerte y profunda bocanada de aire y volvió a entrar en su humilde hogar.

Las lágrimas de sus ojos, dieron paso a una alargada y amarillenta sonrisa. Se recostó en la cama, mojando las sabanas y pereció en la nocturna noche, mirando el techo ennegrecido y deformado por la suciedad del ambiente.


By: Jesús M. Leva

4 de marzo de 2014

Historia de Ultratumba

Un día oscuro, golpeaban fuertemente las ventanas con violencia, el aire y la lluvia. Silbaba el estremecedor sonido del viento a través de las tuberías, tras las húmedas paredes.

Cada paso que doy, en esta sombría cabaña, hace chirriar de forma aterradora las maderas de los suelos. La pesada puerta, cerrada a cal y canto, retumba fuertemente, empujada por el aullador aire.

Empiezan a sonar truenos, cada vez más fuertes, cada vez más cercanos.

Un relámpago cae cerca de la posada. La luz se desvaneció envolviéndome en una colérica oscuridad, dejándome aislado en el centro de la sala.

A ciegas busco los muebles con las manos, tropezando torpemente contra todo cuanto hay en la estancia.

Las ventanas forman en el suelo imágenes inhumanas, los relámpagos que caen cada vez más seguidos, me dejan segundos de visión. La habitación cada vez resulta más claustrofóbica.

El sonido del exterior resulta cada vez más aterrador. De repente estalla en mil pedazos la ventana, tras de mí.

El aire cortante impulsado con los cristales, hiela cada zona de mi cochambrosa piel. Las figuras proyectadas en el habitáculo acrecientan su tamaño y sus movimientos.

Con pánico, intento alcanzar el pomo de la puerta, que ahora parece haberse alejado enormemente. Mi mano alargada, tanto como mi cuerpo permite, consigue aferrarse al tirador de la puerta.

Abro con lentitud, pero el aire empuja fuertemente desde afuera, abriendo la puerta bruscamente, golpeando mi cuerpo, que sin estar preparado, cayó al suelo con un sonido seco y sordo.

La puerta, sin embargo, sonó cual portazo, partiendo la madera del marco y desplomándose tras mis pies. Retrocedo como los cangrejos, asustado.

Como pude me levanté y corrí, corrí por encima de la puerta y salí de la vivienda, adentrándome en el espeso bosque que rodeaba la choza.

El viento me perseguía como mil animales, mis pies van crujiendo, en la persecución, las raíces que asoman de los arboles que encuentro en mi huída. Y las ramas secas, que se unen al sonido del viento, dan ese sonido a hueso roto.

Las figuras que antes se depositaban en el salón, ahora me persiguen por el bosque, atravesando los altos arboles como si no existieran. La lluvia que empapa mis ropas y mi cuerpo, ralentizando mis pasos, me arrastran los pies y me los hunde en un barro que forma riachuelos.

Los rayos van partiendo grandes y duros troncos a mi paso, con gran maestría y facilidad.

Tropiezo nuevamente con las duras raíces de los arboles, cayendo duramente contra en suelo, golpeando mi endeble cabeza contra una gran piedra. Y mi consciencia se desvanece al instante, ahogándome en el barro que sobre cubre mi cuerpo.



By: Jesús M. Leva

31 de diciembre de 2013

Feliz doloroso 2014.

Cada vez que miro atrás y veo el tiempo que ya paso y el tiempo que aun me queda, veo todo lo que en su día deje atrás y todo lo nuevo por lo que lucho sin miedos, sin embargo hay mucho más, muchas cosas que no puedo contaros, cosas que aterran mis nocturnos sueños y cosas que estremecen hasta el más incognito pelo de mi cuerpo, terrores que nadie de ustedes pudieran comprender, no siento miedo por ellos, sin embargo me regocijo sobre sus sombras saboreo sus asquerosas escamas y refresco mi garganta con su putrefacta sangre.

Hoy me he dado cuenta que siempre existe alguien o algo que impide que avancemos en la vida, algo tan poderoso y grande que nos es imposible rodearlo o saltarlo o simplemente dejarlo atrás.

Pero hoy no les escribo por mis penas, que son muchas, les escribo por el día que nos aguarda, un día en el que nos escondemos en nuestras familias frente a la tele, sin que nadie la escuche o la preste el más mínimo caso hasta las 23:59, hora en la que todos se callan y atolondrados contamos por enésima vez el número de uvas en nuestro plato.

Creemos que el mundo es tan perfecto y tan defectuoso como nosotros mismos, nos engañamos, escondemos nuestros ascos al que se sienta a nuestro lado, le felicitamos el año y no le volvemos a ver en meses.

Después derrochamos litros de alcohol por nuestros impetuosos  gaznates, y brindamos por los caídos y familiares, sin embargo, no muy lejos miles de personas buscan en la arena un pequeño hueso al que roerle la podrida carne que se sujeta a duras penas.

Tras estos nos vamos con nuestros amigos y allegados a seguir despilfarrando alcohol y a bailar como estúpidos, horas y horas, creyéndonos que somos Jhon Travolta en la película Grease. Y somos simples paletos moviendo torpemente nuestro enclenque cuerpo.

Muchos dirán que estas son las fechas de la paz y de la bondad, pero permitirles que les habrá los ojos, cada uno de nosotros tiene su propia historia por la que recuerda esta fecha, como buena o como mala. No es el fin de un mal trecho y el principio de una buena época, no simplemente es esa época en la que nos paso aquello.

Quiero decir a todos aquellos que me conocen que siento mucho no disfrutar como ellos estas fechas, porque para mí son fechas de dolor, de sufrimiento, de angustia, de miedo. Sin embargo ingenuos elevar vuestras copas de champan, sidra o cava y brindar por que este día acaba 2013 y entramos en otro año aun peor.

Feliz doloroso 2014.



By: Jesús M. Leva

23 de diciembre de 2013

No puedo olvidar

¿Por qué cojones por más que pase el tiempo, no consigo olvidar?
Yo no soy así, normalmente no pienso en el pasado, vivo el presente y busco un futuro, no suelo mirar atrás

Pero sin embargo, llevo meses sin poder olvidar, recuerdo que hace poco tiempo, yo fui alguien para ti.

Recordar que ya no significo nada para tu vida, que ya no soy importante, y que mi recuerdo es un leve paso en tu vida, me destroza.

Me revienta saber que no podre volver a tenerte entre mis brazos, que por más que reserve el regazo que significo algún día para ti mi pecho, no volverás a resguardarte en él, que no podre volver a besarte, que no volveré a provocarte una sonrisa, me destroza el saber que no volveré a ser parte de tu vida, y tengo miedo de que te olvides por siempre de mi.

Nunca sentí esto, y me jode sentirlo ahora, y te juro que me gustaría pasar página y verte como una chica más, como una amiga, como una compañera, o incluso como una conocida, pero jamás te veré así. No conseguiré olvidar los momentos en los que me hiciste feliz, los momentos en los que me alegraste cuando estaba hecho mierda, nunca podre olvidarte, y eso me destroza.

El verte y saber que ya no soy nada tuyo, el verte y saber que ya no pertenezco a tu vida, que no significo nada para ti. Me destroza el haberte amado y no poder dejar de quererte.


By: Jesús M. Leva


25 de noviembre de 2013

Muerte

Muerte, dije muy despacio, lentamente, deletreando la palabra, parándome en cada letra.

M-U-E-R-T-E repito saboreando la palabra con la boca pastosa por el sueño y el cansancio. Horas y horas en la cama, dando vueltas, intentando deshacer lo hecho en mi mente, olvidar lo pasado, organizar los recuerdos, reconstruirlos falsamente añadiendo datos irreales. Pero nada funcionaba esta vez. No podía olvidar, ya era muy tarde no podía falsear mi memoria, los datos falsos no eran capaces de negar lo obvio.

Muerte, era lo único que podía pensar. Aguanta solo 4 años más, me repito, y luego implora a la muerte como prometiste. Vive 4 años más y luego, salta al vacío de cabeza y sin manos. Busca la felicidad en el más Allá.

Sonríe, hoy también debes sonreír, que todos crean que eres feliz. Que no sufran por tus tormentos y luego suicídate.

Suicidio, que palabra más bonita, en los videojuegos me llaman suicida, pero no saben hasta que punto, creen que lo hago porque es un juego y puedo volver  a renacer tantas veces como quiera tras mi muerte, pero no, o no quiero resucitar, quiero morir. Quiero desaparecer del mundo y por primera vez en mi asquerosa vida, dejar la mente en blanco, sin pensar absolutamente en nada. Deseo perecer y dejar de preocuparme.

Tengo muchos amigos, quizá demasiados, y cada vez que encuentro otra Diosa de mi mundo encuentro una nueva musa que me ayuda a escribir, desde la zona más oscura y sangrienta de mi arañado corazón. Vuelvo a tener una nueva amiga y vuelvo a odiar su nombre, como  tantas otras veces atrás.

Mis manos manchan de sangre este borrador, y cada vez que mi mente te va del escrito, golpeo fuertemente mis nudillos con el duro gotelé de las paredes, con furia y sin miedo, el dolor no me preocupa, la sangre negruzca tampoco, ni el color grisáceo que se queda en mi piel cuando se separan duramente la carne y la piel de la pared.

Las lagrimas empapan la mesa creando charcos en los cristales de mis gafas, y la sonrisa de mi cara da miedo a quien la vea.

Muerte, imploro en voz alta, espérame 4 años solamente y después vuelve a verme, esta vez me iré contigo, no como las veces anteriores.


By: Jesús M. Leva

24 de noviembre de 2013

Diosa de mis sueños

La luz apagada, hacía imposible dejarme ver donde estaba, o quién  yacía a mi lado. El peso de su cabeza en mi hombro apoyada, me tranquilizaba dulce y extrañamente.

No sabía quién era, pues no veía nada, pero sus suaves cabellos, que acariciaban cosquilleante mi pecho, me dibujaban una involuntaria sonrisa en mis labios. Su relajante aroma a flores de primavera, hacían de mi corazón una veloz locomotora.

En silencio, dejaba que mi interior se diera el lujo de deleitarse con aquella desconocida mujer, que despertaba en mí, sentimientos especiales que pocas veces había logrado alcanzar.

Se despertó, me dio un dulce y apasionado beso en mis tercos labios, y acariciándome mi torso desnudo, dijo con la voz más cariñosa y tranquilizadora que jamás habían oído mis estropeadas orejas:

- No te vayas jamás de mi lado mi amor, prométeme que siempre estarás junto a mí.
- Tranquila mi querida diosa, no podría, aunque quisiera, poder olvidarme de ti.- La dije, tras reconocerla.- Solo vivo por ti amada mía.

Sonrió y volvió a besarme apretando fuertemente su cuerpo contra el mío.

Y allí nos quedamos durante horas, tirados en la cama desnudos, juntos, abrazados, con la luz apagada disfrutando eternamente de nuestra misma compañía.


By: Jesús M. Leva

20 de noviembre de 2013

No sé si es

No sé si es sincero que te quiero,
no sé si es sincero el tú a mí no.
Solo sé que árdeme por dentro
mi gran helado corazón.

No sé si es verdad que te deseo,
no sé si no mientes en el tú a mí no.
Solo sé que mis pulmones a tu lado
respiran de un modo alterado.

No sé si es verídico que te necesito
aunque sepa que es real que tú a mí no.
Pero al menos se que muero
cada vez que te veo lejos de mi corazón.

No sé si es certero o cada vez te alejas más
no sé si soy yo o tú la que no me dejas entrar.
Pero pico hielo contra el viento por verte una vez más
aunque bajo el frío y la humedad tú nunca estás.

No sé si decirte que te amo
porque no te quiero hacer sufrir
Mi daño es mío
y tú no puedes elegir.


By: Jesús M. Leva

11 de noviembre de 2013

Muero día y noche

Muero día y noche
por arrancarte un beso
de tus dulces labios.

Muero día y noche
por poder rozar tu piel
de no poderte comer.

Muero día y noche
de tenerte a mi lado
y tan lejos de mí

Muero día y noche
por quererte yo tanto
no como tú a mí.

Muero día y noche
pero no te lo quiero decir
lo escribo bajo llantos

mantos de salado sabor
amargo placer de dolor
fuerte y sincero poder.

Muero día y noche
si no te puedo ver.


By: Jesús M. Leva